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Web dedicada la Montaña Oriental Leonesa, especialmente a los valles de Aleón, Alto Cea, Riaño, Sajambre, Tierra de la Reina, Valdeburón y Valdeón.

 

 

Juegos Tradicionales

Los juegos han tenido una gran importancia en aquella sociedad rural donde no se disponía de los espacios de ocio existentes hoy en día. Hay que transportarse mentalmente a aquella sociedad para apreciar cómo estos juegos cumplían la función principal de vínculos de unión entre las gentes de cada pueblo con las de los pueblos vecinos.
Desde esta web trataremos de recordar las costumbres de nuestra tierra por una razón principal: son nuestras señas de identidad.
La escasez de documentación, la pérdida de la transmisión oral de nuestros antepasados que ya se han ido, el cambio radical que ha dado la sociedad en pocos años, han hecho desaparecer casi totalmente los juegos tradicionales. Aquí estamos para ayudar a recuperarlos y sobre todo a recordarlos.

¡Viva la Montaña!

 

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Juegos tradicionales en la Montaña Oriental Leonesa

Colaboración aportada por Luis Marcelo Patín de la Riva (Burón - Marzo 2006)

El juego es una necesidad vital para en niño en donde desarrolla su personalidad y adquiere su afirmación social de pertenencia a un grupo. Su importancia en el desarrollo de la personalidad del niño es clara y por esos siempre se le ha prestado mucha atención. Su vitalidad se manifiesta en su propia historia, unos permanecen, otros desparece y algunos se transforman. Los más resistentes son aquellos que constituyen la revivificación de rituales pasados.

Hasta no ha mucho tiempo era frecuente ver a grupos de niños jugando en l as plazas de nuestros pueblos y ciudad. Sus juguetes eran sencillos, baratos, construidos por los propios niños, con los que practicaban juegos creativos y variados. Quién no ha jugados a las chapas, canicas, goma, etc. Sin embargo la situación ha cambiado enormemente de unos años para acá. El desarrollo urbanístico de nuestras ciudades y las condiciones sociales y económicas han variado. Hoy los niños posasen juguetes sofisticados, caros, escasamente creativos, aburridos y que fomenta la individualidad la soledad y la competitividad. Cambian las condiciones sociales, los niños y los juegos. Qué poco se parecen a los que jugaban nuestros abuelos, padres y nosotros mismos. Ello ha llevado a la casi desaparición de los juegos tradicionales. Por ello queremos rescatarlos del olvido, darles la oportunidad de sean conocidos para unos y recordados para otros.

Para los más pequeños encontramos juegos sencillos y en los que se necesita la presencia de un adulto para su ejecución .Se limitan a imitar el juego o una acción propuesta para distraerlos y realizar el aprendizaje de una serie de gestos o movimiento simples para el inicio de sus facultades. En la Montaña Oriental Leonesa encontramos varios. Para contar los dedos y mostrar sus diferencias .En Morgovejo encontramos el siguiente estribillo:

Este es el dedo mañín ( meñique)
Éste el cucurrusín ( anular)
Éste es el mayor de todos ( anular)
Éste es el “ horacabollos” ( índice)
Y éste el que mata la pulga y la pioja ( pulgar)
Cuando la topa, la topa.

En Riaño hallamos en siguiente estribillo que la madre recita mientras coge la mano del niño y golpea suavemente su cabeza al ritmo de la canción.

Daba la mocita
En su cabecita,
Daba,daba,daba,
Y no se lastimaba.
Tanto se dio,
Que se lastimó.

Igualmente en Riaño encontramos dichos para imitar sonidos, como es el siguiente:

- Ovejita …….
- Bee ………
- ¿ Dónde está tu madre?
- En el monte a pacer.
- Y si la comen los lobos ….. ¿ qué vas a hacer?
- Perecer, perecer.

Quien no recuerda de pequeño cuando nos cogían nuestros padres y abuelos sobre sus rodillas y nos cantaban el siguiente estribillo moviéndonos de adelante hacia atrás :

Aserrín, aserrán,
Maderitas de San Juan
Las del Rey sierran bien,
Las de la Reina sierran mal.

Además de estos juegos para los más pequeños, hallamos otros juegos con los que divertían nuestros padres y abuelos en sus años mozos .

La zapateta: se organiza un corro con varios participantes en la posición de sentados, con las piernas muy juntas; queda fuera del corro un jugador escogido a suertes que se sitúa en el centro del corro . El juego consiste en que los jugadores del corro cogen una zapatilla y la esconden debajo de sus piernas pasándola unos a otros ( que corra la zapateta) sin que el jugador que quedaba fuera del corro se diese cuenta. En ocasiones, en un despiste de éste, el corro hace trampa, sacan la zapatilla y le dan, pasándola de nuevo por debajo de las rodillas. Cuando logra atrapar la zapatilla, la coge, le puede devolver los zapatillazos al que la tenía e intercambian sus puestos

El Calvo: consiste en un trípode hecho con palos que los chicos pinan en la carretera o en un camino. Después de sortearse, uno de ello queda guardando el calvo ( es el calvero).Los demás tiran sus palos sobre el calvo desde unos metros de distancia , y entran por ello en el campo acortado por la raya. El calvero corre detrás de ellos para penderlos. Cuando se tiraba el calvo se decía “calvo en tierra y calvero a la mierda” y el calvero tenía que colocar el calvo. Si se tiraba el calvo, el jugador podía pasar de un sitio a otro a coger el palo, pero si te cogía el calvero o el calvo estaba en pié, se quedaba de calvero.

El tejo: también conocido como Nita o Tarusa en algunos lugares Es un juego propio de toda la ribera y montaña leonesa. Consiste en un cilindro de madera sobre el que se ponen perras o botones. Se hacía una raya en el lugar del juego ( carretera o camino) que cortaba un pequeño círculo de unos 10 cms. de diámetro. Se tiraba con unas plancha cilíndricas desde una distancia entre 8-12 mts. Si se logra tirar el cilindro de madera, las perras se esparcen y las que caigan dentro del círculo son para el tirador. En Burón se solía jugar en los portales donde se celebraba el baile . El día de Jueves Santo se jugaba en la carretera, cerca del río Merdero o en el Royo , para que no se viera que se jugaba dinero

El Aro: consiste de hierro en un aro que era conducido por el niño con un palo con una alambre doblada.

El columpio: juego de niñas. D. Ángel Raimundo Fernández González en su libro “ El habla y la cultura popular de Oseja de Sajambre” nos informa del extenso vocabulario empleado para el juego y la acción de columpiarse : balanza: columpio de una tabla sobre caballete o viga;
estaraminguina: columpio con cuerdas o ramas de árboles

Estaraminguina,estaramingar,
Cortar la cabeza y echarla a rodar

-Regallina: columpio con el carro bajando y subiendo, uno atrás y otro adelante;torumbeca,sorménase esmingase,estaramingase,balanzáse,regalláse y aximielgase.

Las tabas: son los huesos de las partes traseras de las reses pequeñas, corderos y ovejas,con cuatro partes bien diferenciadas. Ya en la época romana tenemos noticias que los legionarios se entretenían con este juego. En Riaño los nombres de las caras de la taba son : “ cubito”, “ corona”, “ chicha” y “ huito”.Rafael González nos describe el juego: con una serie de tabas de distintos colores por su tinte de anilina y varias canicas, se lanzan las bolas al aire y simultáneamente se tienen que mover las tabas de distinta forma, a la vez que hay que procurar que la bolita no caiga al suelo.
En Oseja de Sajambre las tabas se denominan cabruxas o pitas. Es un juego de niñas. Se lanzan al aire, seguidas, varias tabas que han de recogerse y volverse a lanzar seguidamente.

No quisiéramos finalizar este trabajo sin referirnos a la Lucha Leonesa. Deporte autóctono de nuestra provincia que despierta una enorme pasión entre los habitantes de la Ribera y de la Montaña. Es un deporte de gran belleza que arranca de los pueblos celtas cuyas formas peculiares de la lucha ya son citadas por Estrabón. Tiene como elementos fundamentales la maña y la fuerza; consagra virtudes como la nobleza, la valentía, el esfuerzo, la tenacidad, el respeto por el adversario y las ganas de agradar a los aficionados. Es de destacar la importancia de la tradición en el mantenimiento de este deporte. A menudo es la tradición familiar, pues muchos luchadores han aprendido las mañas a base de revolcones proporcionados por sus progenitores, en un intento de transmitirle la tradición luchadora. Sucede igualmente la tradición comarcal. La rivalidad nunca resuelta entre la Ribera y la Montaña, cuyos enfrentamiento se mantienen vivos en la actualidad ,donde no existen premios en metálicos,sino los tradicionales gallo y rosca. En recuero de esta rivalidad hemos mencionar lo sucedido en el corro celebrado en Riaño en el año 1929, donde se dilucidaba el enfrentamiento noble entre la Montaña y la Ribera. Los ribereños tenían luchadores de primera categoría y el gallo montañés corría el peligro de perderse. Pero el cura de Riaño se acordó de un pastor de Prioro que andaba por el puerto de Pandetrave cuidando de su ganado. Los lugareños fueron a buscarlos y él aceptó acudir en ayuda de la Montaña. Los ribereños se estaban imponiendo con claridad y facilidad y saboreaban el triunfo. Saltó Crescencio Escanciano al corro y fue tumbando a sus rivales. El solito venció a treinta ribereños y conquistó el preciado trofeo. Su hazaña dio lugar a un romance que reproduciré y su semilla sigue viva ya que sus hijos y nietos siguieron la tradición. Muchos hemos visto luchar y recordamos al gran “ Che Escanciano” de Prioro. Hemos de recordar también a buenos luchador como Jandrón el de Acevedo y Millán, el de Burón.

La práctica de la lucha leonesa en los pueblos de nuestra tierra con la llegada del buen tiempo. Se luchaba en el prado y en la era después de una dura jornada de siega. En ocasiones, la celebración de cualquier acontecimiento se aprovechaba para formar un corro .Me cuenta mi interlocutor que aparte de la lucha en las Fiestas de Salvador, recuerda en la fiesta que se celebraba en el mes de octubre en honor de d. Alfredo ,en el prado que había junto al Puente Grande y que durante muchos años segó el Sr. Amado, luchaban solteros contra casados .

A continuación reproduzco el romance que recrea la estampa típica de la preparación de un corro entre la Montaña y la Ribera en Riaño y donde se canta la hazaña de Crescencio Escanciano.

Corre el año veintinueve;;
para celebrar la fiesta
en Riaño se hace el corro
de la lucha leonesa.

Es un duro desafío:
Montaña contra Ribera,
el honor se pone en juego,
el gallo, ¡quién lo cogiera!

En respuesta al noble reto
los ribereños aceptan,
anunciando que traerán
campeones de primera.

Vencer en estos aluches
muy difícil se presenta,
pero al cura de Riaño
se le ha ocurrido una idea.

-"La salvación de este corro
es un pastor de la sierra,
que está viviendo en un chozo
lejos de pueblos y aldeas".

Al Puerto de Pandetrave
por caminos y veredas
van en busca del buen mozo
hasta que por fin lo encuentran.

Este pastor solitario
Crescencio por nombre lleva,
es natural de Prioro
y fuerte como las peñas.

Una vez que le convencen
de que acuda a la pelea,
pide protección al cielo
y a la Virgen se encomienda.

Por fin llegado el momento
en que la lucha comienza,
los ribereños dominan
con una furia tremenda.

De los mozos montañeses
han caído ya cuarenta,
solamente dieciséis
de entre los de la Ribera.

El público está dolido,
se ve en las caras tristeza,
a todos sus luchadores
los están echando fuera.

Es el turno de Crescencio,
que aparece por sorpresa,
el pastor de la montaña,
la esperanza que les queda.

Con el primer contrincante
se agarra de mano izquierda,
y en un momento lo tira
imponiendo la derecha.

A continuación derriba
catorce más en la hierba;
sudoroso, pide agua,
le van los mozos por ella.

El último que cayó
a los demás recomienda
que le ataquen en seguida,
que huele a sebo y a leña.

Pero el valiente Crescencio,
a nadie concede tregua,
pues lleva la iniciativa
dominando la contienda.

Y los dieciséis contrarios
que quedaban caen por tierra,
con rápidas cadriladas
la victoria es manifiesta.

La afición entusiasmada
al pastor abraza y besa
por haber llevado a cabo
esta memorable gesta.

Además de estos juegos, quedan las resbaleras que se formaban en época de invierno, siendo famosa la que se formaba en el tablero de La Casona, habiendo dos direcciones, una de ida y otra de vuelta, en la Sota y en la bajada del Comercio de Alberto. Hemos de recordar también el juego de los bolos, todavía hoy practicado en el verano en los pueblos ,así como la peonza , el juego de las prendas, y la Bigardia .

Hemos querido hacer una aproximación al juego de nuestros ancestros. Seguro que alguno ha quedado en el olvido. Sirva este modesto artículo para despertar el interés de la gente lugareña y aporten su conocimiento para que no caigan en el olvido y desaparezcan. Por último, quiero agradecer a mi padre Filiberto Pajín Mediavilla y a un ilustre sajambriego que lleva asentado en Jerez de la Frontera más de cuarenta años ,su labor y haber soportado nuestras preguntas, a veces reiterativas, con espíritu estoico.

Bibliografía: Fernández González, Ángel R. “ El habla y la cultura popular de Oseja de Sajambre “Instituto de Estudios Asturianos.Oviedo 1959
Ochoa Fuertes,Mª del Camino : “ Juegos Infantiles leoneses” Colección León por Dentro. Caja España. 1992.
Rodríguez Cascos, Olegario y otro :” ¿ Hay quien luche?. Diputación de León. 1985

Colaboración aportada por Luis Marcelo Patín de la Riva (Burón - Marzo 2006)

 
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