Apellidos
del siglo XVII en el Alto Esla
Vegacerneja, Lario y Burón
Aunque la recaudación
de impuestos por parte de las autoridades que en cada momento
han tenido potestad de hacerlo es tan antigua como el mundo,
vamos a referir las realizadas en 1586, reinando Felipe II.
Eran las denominadas
“averiguaciones”, llevadas a cabo por un enviado
real, asistido por un escribano, que convocaban el Concejo
público tradicional, estando presentes los jueces ordinarios
de la villa, el procurador general del Concejo y Merindad,
rejidores y otras personas. Iban encaminadas a determinar
los tributos que deberían pagar sus súbditos,
tanto pecheros como hidalgos.
De la de Burón
conocemos que en la villa no existía taberna pública,
ni carnicería, panadería o mesón. De
Cuénabres se cita “...dijeron que , por no saber
leer ni escribir ningún vecino de ese lugar, no han
puesto por escrito lo que cabe a cada vecino en los dichos
seis años...” y a continuación refiere
cómo han pagado a ciertos soldados que la Merindad
envío en servicio del Rey a Portugal, así como
arreglo de puentes y compra de caballos de raza también
para servicio del Rey.
Durante el
siglo XVII se llevaron a cabo cuatro padrones por razones
fiscales, gracias a los cuales podemos saber con precisión
no solo el número de vecinos de cada una de las localidades
de la zona, también quedan reflejados el nombre y apellidos
de cada uno de ellos. Los actuales vecinos o descendientes
de estos pueblos pueden rastrear sus orígenes y el
de sus conocidos, y comprobar cómo algunos apellidos
parecen haberse perdido, quizá por falta de hijos varones
o por emigrar a otras tierras.
VEGACERNEJA
En 1607, en Vegacerneja, se cuentan 45 vecinos, de los que
8 son hidalgos y 37 pecheros.
Si nos fijamos
en los apellidos, cuatro de los hidalgos son Díez,
dos son Ribota, además de un Aldián y un Intriago.
En cuanto a los pecheros, estos son todos los que se citan:
· Canal, en ocho ocasiones
· Rubio, seis
· Casado, cinco
· Castrón, dos
· Marcos, dos
· Riaño, dos
· De la Hoz, dos
además de Vallejo, Requejo, Riaño, Aldián,
Roxa, Paniagua, Alonso y Valdeón.
En 1692 suman
solo 39 vecinos, pero en 1698 ascienden ya a 52, once de ellos
hidalgos.
LARIO
Si nos fijamos ahora en Lario, en el padrón de 1692,
que es en el que aparecen más apellidos, el resumen
de los 47 vecinos (22 de ellos hidalgos) es:
· Cimadevilla,
es el apellido de diez de ellos
· Fernández, el de cinco, todos ellos hidalgos
· Alvarez, de cuatro, todos hidalgos
· Casado, de tres
· Gómez, otros tres, dos hidalgos
· De Lera, tres
· Canal, tres
· Del Blanco, dos, hidalgos
· Diez, otros dos, también hidalgos
· Sánchez, dos
· De la Puerta, dos (ambos hidalgos)
· García, dos más y también hidalgos
Y un Alonso de Mediavilla (hidalgo), un Balleja, otro Cascos
(hidalgo), Gallega, Gallego y Rodríguez (hidalgo).
BURON
Y ahora vamos a ver qué apellidos tenían los
vecinos de Burón, según el padrón de
1607, que arrojaba un total de 81 vecinos, de los cuales 31
eran hidalgos.
· Alonso
tiene nueve citas. Salvo uno, todos eran hidalgos.
· De la Hoz era el apellido de ocho vecinos, sólo
uno hidalgo.
· Pagín, de siete, todos pecheros.
· González, de seis, uno hidalgo.
· Rodríguez, con cinco citas, todos ellos hidalgos.
· De la Riba, cuatro, uno hidalgo.
· Gómez, otros cuatro, todos hidalgos.
· Martínez, también cuatro, pecheros.
· Allende, tres vecinos, pecheros
Con dos vecinos portadores de estos apellidos estaban:
· De Bulnes, hidalgos.
· García, pecheros.
· Juárez, pecheros también.
· De Liegos, lo mismo.
· De Ponga, hidalgos los dos.
· Suárez, pecheros.
Y los que siguen sólo son citados en un vecino:
· Alonso de Mediavilla, hidalgo.
· Alonso de Sarnexa, hidalgo.
· Blanco
· Cardo
· Cayarga, hidalgo.
· Díez, hidalgo.
· Gómez de Caso, hidalgo.
· Mediavilla, hidalgo.
· Morena
· Nabares
· Pérez
· Redondo
· Rodríguez de Sarnexa, hidalgo.
· Rubia
· Sánchez
· Sierra
· Tespa
· Valiente.
A finales
de siglo, en 1692, se registran 110 vecinos, de los cuales
41 eran hidalgos.
La impresión
que se obtiene después de repasar esta lista es que,
en los cuatrocientos años transcurridos desde comienzos
del Siglo XVII, los apellidos más repetidos entonces
siguen siendo predominantes en la actualidad. Si echamos un
vistazo a los nuestros, a los tuyos o a los míos, creo
que ratificaremos esta opinión. En el caso del que
escribe, de los ocho primeros, sólo tres no están;
uno de ellos procede de un pueblo próximo del mismo
valle, otro llegó de una provincia limítrofe
y el tercero, desconozco su origen.