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Web dedicada la Montaña Oriental Leonesa, especialmente a los valles de Aleón, Alto Cea, Riaño, Sajambre, Tierra de la Reina, Valdeburón y Valdeón.

 

 

Imagen del camino a Pontón en los años 60
El caserío de la foto se conserva, no así el puente de madera

Al norte del puerto de Pontón y en la fuente del infierno nace el Sella, río salmonero por excelencia de toda Iberia. Hacia el sur vierte aguas al río Esla. En sus cercanías nacen el Cares y el Nalón. A veces une y a veces separa, según la climatología reinante, los no menos nombrados valles de Sajambre, Valdeón y Valdeburón (Valle de Regueras). Gran impresión provocan estos datos pero el definitivo es su vitalidad biológica ya que entre sus bosques nacen y viven joyas como el Urogallo y el Oso pardo entre otras criaturas.

 

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Historia del Caserío y Ermita de Pontón
Por Alberto Pascual y María Eugenia Gómez. Fotos de Agosto de 2004

Esta imágen pertenece a los años 1960. Desde entonces se han hecho pequeños arreglos y se ha renovado el tejado completamente.
Aquí vemos una foto de la romería de agosto del año 2004. Tanto la ermita como el entorno se han mantenido sin demasiadas alteraciones.
Curiosa foto de Gloria y Julio originarios de Burón y colaboradores de esta web. Estamos esperando la procesión de la imágen de la Virgen por los prados.
Vecinos de los pueblos arropan la salida de la procesión de la Virgen de Pontón. Fotos de Agosto de 2004.
Cabeza de la procesión. El pendón es la única vez que se exibe en todo el año. Sólo los vecinos de Retuerto y Burón tienen el privilegio de portar la imágen, pendón y otros elementos de la procesión.
Devoción de los vecinos hacia su protectora.

Un poco de historia de Pontón ...

Muy cerca del alto del Puerto de Pontón se encuentra, como todos sabemos, la ermita dedicada a la Virgen de Pontón, y a su lado otras construcciones para el casero y sus ganados.

Todos los años, el 15 de Agosto, día de la Asunción, tiene lugar la Romería en la que las gentes del Concejo de Burón acuden en peregrinación hasta su Patrona, oyen misa, participan en la procesión que recorre los prados próximos y, finalmente, comen en grupos familiares o de amigos cerca de la ermita, desperdigándose a la sombra de los árboles y a la orilla de los arroyos. Es una fecha señalada en la que acuden al Santuario no sólo los habitantes de los pueblos del Concejo, también llegan personas oriundas de esta tierra desde lejos para tener la oportunidad de participar en la fiesta religiosa y para encontrarse con familiares, amigos y vecinos al menos una vez al año.

Antiguamente se celebraban allí con solemnidad las tres principales fiestas de la Virgen: La Anunciación, el 25 de Marzo, la Asunción, el 15 de Agosto, y la Natividad, el 8 de Septiembre. Había misa y abundante concurrencia, especialmente en Agosto.

A raíz de la Desamortización, quedó sólo la fiesta de Agosto, precedida de la novena; el 15, tras la comida, y para finalizar, se rezaba el rosario. La gente acudía a pié, a veces descalzos por alguna promesa, y permanecía todo el tiempo alrededor de la ermita.

De todos los pueblos del Concejo, los más vinculados a Pontón son Burón y Retuerto, cuyos mozos llevan las andas de la Virgen durante la procesión.

Los orígenes de la ermita no pueden precisarse. Hay un documento del año 973 en el que el conde Fernando Vermúdez deslinda los terrenos de Retuerto, y no hay mención alguna a la Virgen, por lo que se puede deducir que aún no existía. En 1424, Juan II, con motivo de un pleito de Burón y Valdeón sobre los límites del prado Llavarís, emplea ya la frase “aguas vertientes a Santa María de Pontón” (Este pergamino, con cintas y sello de plomo original, se conserva en el archivo de la Junta Vecinal de Valdeón). Entre ambas fechas situaríamos, pues, el punto de partida del santuario

Hay documentos, puestos en duda por la fuente de la que tomamos estos datos, que hablan de unos privilegios reales del tiempo de Alfonso VII, concretamente del 5 de Julio de 1129, a una tal Mariandrés (ó María Andrés), que podría ser propietaria de algún terreno o ganado en la zona y a la que podría haberse aparecido la Virgen, dando ello lugar a la construcción de la ermita.

Lo que se considera más fiable es pensar que fueron los vecinos del Concejo de Burón los que levantaron las edificaciones allí existentes.

Un acta municipal fechada en Cuénabres el 20 de Marzo de 1593 extendida ante Andrés Gómez de Caso para defenderse de la intromisión del Obispo de León, que enviaba a sus gentes para “tomar cuentas de la casería”, dice que “la Casa y Alberguería de la casa de Nuestra Señora de Pontón, que está en este concejo, la fundaron los vecinos de este dicho concejo, y han tomado las cuentas a los mayordomos y caseros de ella, y nombraron a los dichos caseros y mayordomos”.

La opinión del autor es que entre 1424 y 1593 el Concejo habría reservado los terrenos y edificado el caserío, cuadra, hórreo y molino, nombrando mayordomo y casero.

Poco a poco, la Iglesia oficial fue adueñándose de este tipo de santuarios y bienes religiosos que escapaban de su esfera; de ello es reflejo el acta de Cuénabres referida. Finalmente, y a partir de 1600 más ó menos, parece que es el Obispo, por medio del párroco de Retuerto, quien nombra mayordomo y administra la Capilla y la Casería.

Al Santuario estaban vinculadas estrechamente tres personas:

El mayordomo, que llevaba la administración, era elegido cada dos años entre los naturales del Concejo.

El casero, que se encargaba del coto, salía por subasta cada cinco años.

El vaquero, a quien el casero encargaba la custodia del ganado, era un contratado.

En el Libro de apeos o deslindes de Nuestra Señora del año 1722, se detallan los bienes de que disponía el Santuario: Casa para el casero, otra para hospital u hospedería que hace también de cuadra para el ganado, un hórreo y un molino. El casero del Santuario se llamaba entonces Blas Rubio, y el baquero de la Cabaña de Nuestra Señora, Mathias Valdeón, y declaran tener, además de un toro, treinta y tres cabezas de ganado más entre bueyes, vacas, jatos, novillos y añojos.

Se hace mención literal a que “ es costumbre que el casero aya de ser de uno de los ocho lugares del Conzejo de Burón, y este a de asistir por tiempo de zinco años, en dicho Santuario, y que aya de entrar, el ganado que tubiese, en alparzería con las bacas de Nª Señora, guardando igualdad, y después que cumpla los zinco años, se parte por mitad el ganado que se alparzia con el del casero”.

El Santuario pagaba al casero 100 reales al año por segar y recoger la hierba para el ganado, además de otros 33 por guardar los jatos.

El casero, a su vez, pagaba 5 reales al mayordomo del Nª Señora por la renta del hórreo, y tenía obligación de mantener al baquero y los perros desde el 15 de Mayo hasta el día de San Martín. Hay que decir que el ganado bajaba durante el invierno, desde San Martín hasta Mayo, a las tierras trigales de Campos, en el Cea, conducido por el vaquero y el perro.

El mayordomo pagaba la comida de los sacerdotes el día 15 de Agosto, y el refresco de las vísperas del día anterior.

El año 1674 la capilla estaba ya techada con teja (se resalta, en comparación , que la iglesia de Retuerto aún tuvo techo de paja hasta 1786).

El retablo y altar nuevos se encargaron en Guardo en 1800; el tallista cobró 845 reales, y el dorador, otros 1.442 reales.

A finales del siglo XVIII se inició en España la conocida Desamortización de bienes eclesiásticos, que fue concluida en 1835 siendo Mendizábal Ministro de Hacienda. El Decreto de 19 de Septiembre de 1798 incluyó, entre otras, las fincas de Pontón, que fueron secularizadas para salir después a pública subasta.

Don Juan Bautista Gómez de Caso fue el juez que en Burón anunció la subasta del monte de Pontón. Salieron por un mínimo de 70.740 reales en venta y 2.190 en renta, con la mención expresa a que no incluía el arbolado, ya que todos los pueblos del concejo tenían derecho a cortar madera, ni los edificios adjuntos al santuario.

Prevista inicialmente para el 22 de Febrero de 1807, a causa de una gran nevada tuvo que posponerse hasta el 19 de Marzo. Hubo varios interesados, aunque la pugna estuvo entre un asturiano rico, don José Canga Argüelles, y el pueblo de Burón, representado por Inocencio Alvarez. La mejor oferta fue de éste último, 80.000 reales, aunque posteriormente el asturiano la mejoró al hacer efectiva la cuarta parte en metálico, mientras que Burón pagaba todo en vales del Estado. El 24 de Octubre de 1807 se otorgaba en León la escritura a favor de D. José Canga, que, por cierto, el párroco de Retuerto se negó a firmar.

La inmediata Guerra de Independencia retrasó la toma de posesión hasta el 5 de Marzo de 1812; y a continuación, sin que se conozcan las razones, el nuevo dueño lo puso a la venta, por lo que finalmente el pueblo de Burón pudo ver logrado su objetivo, aunque catorce años más tarde de lo previsto: el día 5 de Julio de 1821, y representado por su vecino José de Liegos, adquiría Pontón por 50.000 reales en moneda metálica de oro ó plata. La compra se completó haciéndose después con las casas, propiedad del Obispo y ya en ruinas, quien las cedió a cambio de que los vecinos se comprometiesen a cuidar el santuario y mantener el culto. El 10 de Mayo de 1822 se cerraba este acuerdo.

Actualmente es el pueblo de Burón el único propietario de la casa y la cuadra, reconstruidos. El hórreo y el molino han desaparecido. Cada seis años, y en pública subasta, se arrienda la ocupación de casa y cuadra, el derecho de pasto y de hierba. En cambio, la madera, leña y gamones, se los reserva. El derecho de los demás pueblos a cortar madera ha caducado, por lo que son los buroneses los únicos propietarios del arbolado.

Como curiosidad, el casero tiene derecho a ser auxiliado por el pueblo en caso de que una nevada ponga en peligro la vida de su familia o la de sus ganados.

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