HISTORIA
DE LA MONTAÑA DE RIAÑO
LIEGOS
hace 250 años...(1752 dc.)
En 1752, y con motivo de la visita
de una autoridad de la época, tuvo lugar en este pueblo
una reunión de los vecinos para hacer una especie de
inventario de la economía local. Lo que allí se
trató ha quedado documentado y nos da una idea precisa
de la vida en esta localidad y en toda la Merindad de Valdeburón.
Liegos tenía 46 vecinos (es decir, cabezas
de familia), y contaba con 49 casas habitables, muchas de ellas
de dos plantas, de las cuales la de abajo tenía el suelo
de tierra. Anexos a ellas había 26 hórreos en
los que se almacenaba trigo, centeno... para ponerlos a salvo
de los ratones. Éstos hórreos, de los que apenas
queda rastro en toda la Montaña, eran de madera, más
pequeños que los asturianos, con tejado a dos aguas.
Tanto las casas como los hórreos tenían, sin excepción,
el tejado de paja, situación que se ha mantenido hasta
entrado el siglo XX. Era paja de centeno, y su utilización
venía facilitada por ser muy abundante y bueno para aislar
del frío en invierno, pero tenía el inconveniente
de ser presa fácil del fuego.
Cultivaban centeno, sobre todo, trigo y cebada.
Los dos primeros para consumo humano y la cebada para las caballerías.
También se cultivaba lino, para confeccionar prendas
de vestir. Lo que más puede sorprendernos es que no se
menciona para nada cultivos de garbanzos ni lentejas, ni tampoco
de patatas, que por esas fechas aún no se habían
convertido en el tubérculo popular y básico en
la economía rural española.
En cuanto a la ganadería, se mencionan
254 entre bueyes ,vacas y novillos, 26 yeguas, 21 potros, 76
ovejas, 196 corderos, 53 cabras, 20 cabritos, 130 cerdos y un
número sin determinar de caballos.
Todos los vecinos tenían casa, prados,
tierras, ganado. Se supone que cuando la atención a éstas
ocupaciones se lo permitía, también desarrollaban
la antigua labor de trabajar la madera, cortándola en
los abundantes bosques locales para bajarla a Tierra de Campos
y volver con los productos que aquí la tierra no daba.
Es de destacar la referencia, repetida en otras
fuentes, al hecho de que todos los vecinos eran “hidalgos” (lo
cual no era sinónimo de ricos), situación excepcional
que compartían en esta región con los pueblos
de Pedrosa, Cistierna, Huelde y Salamón.
Liegos tenía una fuente de ingresos importante
en el arrendamiento de los puertos de montaña , denominados
Las Conchas, La Sierra, Las Traviesas, Vaulloso y Ricacaviello.
Se destinaban al pago del secretario del Ayuntamiento, al cirujano,
al carcelero, al maestro (¡ya había maestro!),
al tabernero, al juez, a dos guardas de montes, al alimento
de dos mastines “que guardan la ganadería de la villa”,
así como al toro, cerdo y carnero sementales. También
se arreglaban los caminos, y se destinaba dinero a la reforma
del puerto y la limpieza de la presa.
A la vista de estos datos, nos podemos hacer
una idea de lo duro y poco variado de la dieta alimenticia de
ese tiempo no muy lejano, en el que por lo demás, el
estilo de vida de la Montaña no difería gran cosa
del que hemos conocido hace poco más de treinta años.