Cuando
se acordó la convocatoria de una manifestación en
Cistierna por parte de la Asociación
San Glorio Leonés en defensa de los derechos de
la Montaña Oriental leonesa sobre San
Glorio, mi primera reacción fue de escepticismo.
Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, llegué a la conclusión
de que no era tan mala idea a pesar de las dificultades que entrañaba
y la apatía de la comarca a reclamar lo suyo después
de tantos años de abatimiento y desesperanza en que se encuentre
inmersa. Una vez celebrada, he de reconocer que me siento orgulloso
de haber participado y enormemente agradecido a mis compañeros
de la Asociación San Glorio leonés por haberme permitido
leer una parte del manifiesto de la Asociación.
Según
los datos de los distintos medios de comunicación, a la manifestación
acudieron alrededor de dos mil personas. Unos lo calificaron
como un fracaso, otros un éxito ante la dificultad de movilizar
a la población. Sin embargo yo creo que las cifras de asistencia
no tienen importancia. Lo verdaderamente relevante es lo cualitativo,
el mensaje dado, en definitiva, “el poso de la manifestación”.
Los allí asistentes coincidían plenamente en algo
que creo es importantísimo: San
Glorio sí, pero el grueso de las inversiones
también... pero para León, para la Montaña
Oriental. Este planteamiento también lo comparte mucha gente
que no acudió a la manifestación por las razones que
fueran, pero que creen en esos postulados.
En
nuestro manifiesto se reclaman la realización de infraestructuras
que son esenciales para la Montaña Oriental
y que son de justicia: la vía
rápida Mansilla-Cistierna y la mejora
de la carretera nacional de Santander. Hemos de
pensar que las infraestructuras no se financian con fondos privados,
si no que dependen de las administraciones públicas. Ellos
son los responsables y hasta ahora hemos visto que las inversiones
públicas en infraestructuras se canalizan hacia la montaña
palentina. ¿Cuánto tiempo hace que no se mejoran la
carretera de Santander y el acceso a los distintos pueblos de la
comarca? Los que vamos allí con cierta frecuencia y los que
allí habitan sufren unas vías de comunicación
que castigan la visitante y a sus habitantes.
Hemos de pensar que la inversión privada irá hacia
donde encuentre rentabilidad. Si no consigue los beneficios esperados,
o no invierte, o cierra o se va. En diversos reportajes publicados
en prensa, he visto el deseo de vecinos de LLánaves y de
Besande en que se haga la Estación de San Glorio,
el deseo de rehabilitar viviendas, establecer negocios para atender
a los posibles visitantes, etc. Pero se olvidan una cosa, si no
se mejoran las comunicaciones, si no hay buenas carreteras, buenos
servicios, los turistas no acudirán y el tren pasará
de largo. Me recuerda a la película de Berlanga “ Bienvenido
Mr. Marshall”. La inversión pasó de largo y
no benefició a aquel pueblo, sino al vecino. En este caso,
a la montaña palentina
Por ello y de seguir así, la montaña palentina, mejor
dotada de infraestructuras y mejor comunicada, será la gran
beneficiada. Copará las mayores inversiones públicas
y privadas, la creación de puestos de trabajo, el mayor número
de visitante, mientras que la Montaña Oriental Leonesa quedará
, una vez más, anclada en su depresión, desesperanza,
despoblación, envejecimiento, emigración y olvido
secular.
Se
nos ha acusado por parte de ciertos sectores sociales y políticos
de crear un enfrentamiento con nuestros vecinos palentinos.
Se conoce que para ellos reclamar lo propio es enfrentarse con los
vecinos. Es mejor que los leoneses cedan una vez más sus
recurosos, no protestar, dar lo que ellos quieran y evitar problemas.
Todos contentos y así no habrá tiranteces. Bonito
argumento. Pero lo más grave ha sido el argumento de algún
dirigente político de la zona para desprestigiar la movilización
y la protesta, sin ningún argumento que rebatiera nuestros
planteamientos.
Si
se analizan las peticiones formuladas por la Asociación
San Glorio Leonés, se reclama lo que tantas veces
ha sido denegado para nuestra tierra. No nos oponemos a que la Montaña
Palentina se beneficie de los frutos de la futura estación,
que los tendrá, lo que reclamamos es que los principales
beneficios le corresponden a León, en concreto a nuestra
comarca, que es la que pone el 90% del terreno. No olvidemos. No
queremos migajas, queremos lo que nos pertenece, lo que es justo.
Este aspecto cualitativo de la manifestación se refleja
también en el tratamiento que la prensa ha dado a la comarca.
En estos quince días se ha hablado de la situación
social de la montaña más que desde hace muchos años.
Como
dice d. Felipe Rubio Carracedo “Es
hora de ponerse en marcha” ¿Qué queremos para
nuestra comarca? ¿Queremos seguir como hasta
ahora, o intentar mejorar en lo político, económico,
social e incluso en lo espiritual ?. Queremos seguir agonizando,
despoblando nuestros pueblos, emigrando nuestros jóvenes,
perdiendo capital humano, nuestra cultura y tradiciones, o queremos
cambiar la tendencia. ¿Queremos mantenernos impasibles ante
esta situación, o seguir protestando en defensa de lo nuestro
que no es enfrentarnos al vecino? Nuestro presente es mediocre y
nuestro futuro incierto. Pero esta situación puede cambiar
y en nosotros está que esto sea así. El día
27 de mayo hay una enorme oportunidad para que exijan a nuestros
representantes un golpe de timón y exigir a los futuros gobernantes
que en nuestra Montaña Oriental y en León “sea
posible vivir y tener un futuro mejor, que nuestros hijos
no tengan que marchar a crear riqueza a otras regiones, que lo hagan
aquí, que su esfuerzo se quede en nuestra tierra y que el
nivel de vida y servicios de los habitantes de la zona sea acorde
con el existente en las regiones vecinas”. Como dice Dª
Alicia Valmaseda “Somos LEONESES y debemos estar orgullosos de serlo”, pero debemos luchar por ello y sentirnos
orgullos por ello.
¡VIVA LA MONTAÑA
LEONESA!
¡VIVA EL PUEBLO MONTAÑÉS!
¡VIVA EL REINO DE LEON!
Luis Marcelo Pajín de
la Riva.
Miembro de la Asociación San Glorio Leonés.