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www.altoesla.com
Web dedicada la Montaña Oriental Leonesa, especialmente a los valles de Aleón, Alto Cea, Riaño, Sajambre, Tierra de la Reina, Valdeburón y Valdeón.

 

 

El hórreo de Olegario.

Último hórreo de Burón desaparecido hacia 1970. En la foto, hecha en los años 30, podéis ver a la Tía Manuela Sutíl (abuela de Gildo Allende), con sus hijas Pura y Sagrario. A la izquierda la casa y a la derecha el hórreo ambos de Olegario.

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Antigüas edificaciones en el Alto Esla

Los hórreos son construcciones anexas a las viviendas que se usan para guardar los frutos, granos y carnes. Hay hórreos en Galicia y norte de Portugal, en toda Asturias y en el norte de la provincia de León; se hallan también, aunque escasos ejemplos, en las provincias de Santander, Palencia, País Vasco y Navarra. En la provincia de León se conservan hórreos en el noroeste del Bierzo, en Laciana, en Babia y en toda la montaña oriental, es decir, valles Altos del Esla y Porma. Algunas construcciones similares están esparcidas por países como Inglaterra, Noruega, Suiza, Norte de Italia, Rumanía, etc.

Se habla generalmente de varios tipos de hórreos:
· El hórreo rectangular y alargado, apoyado sobre varios pares de postes y con cubierta a dos aguas, denominado generalmente «gallego».
· El cuadrado, apoyado sobre cuatro postes y con cubierta a cuatro aguas, conocido como «asturiano».
· El hórreo «cántabro» o «mixto» podría ser una variedad del asturiano. Son construcciones ligeramente rectangulares y con cubierta a dos aguas. Curiosamente apenas se conservan ejemplares de estos hórreos en Cantabria, mientras que son abundantes en el noreste de la provincia de León.
· Aunque no son muy numerosos, existen en Galicia ejemplares de hórreos circulares, llamados a veces «canastros».

Origen del hórreo


Hay diferentes teorías, algunas lo sitúan antes de la romanización: origen palafítico o protohistórico, sin embargo en ninguna excavación hasta el momento se han encontrado restos que puedan ratificar esta hipótesis. Puede suponerse que deriva de construcciones romanas, los romanos ya edificaron graneros elevados sobre columnas con el fin de conservar los alimentos. Incluso hay quien sugiere que fueron los visigodos sus introductores en la península Ibérica. Fritz Kruger, fotógrafo y etnógrafo alemán, apuntó la teoría de la evolución de un tipo arcaico de cabaceiro realizado con varas entretejidas de forma similar a algunos cestos (llamado cebatu en Asturias) hacia el edificio de madera que hoy conocemos. Esta parece ser la manera más lógica de entender su nacimiento, independientemente del introductor de las formas primitivas; en el siglo catorce alcanza la perfección en su desarrollo y evoluciona mínimamente en los siglos que siguieron sin perder lo sustancial desde entonces.


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Uno de los hórreos de Acevedo

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Los Hórreos del Oriente Leonés
Están construidos casi exclusivamente de madera. Los techos son de paja, pizarra o teja árabe.
Se apoya en cuatro pilares de madera (ó piedra) más anchas en la base que en la parte superior. Son los «pegollos» ó patas. Estos pegollos se apoyan sobre piedras que en Asturias se denominan «pilpayos» que los protegen del contacto con la tierra y equilibran el hórreo.
Entre los pegollos y el cuadro de madera se colocan unas lajas de piedra denominadas «tornarratas» que sobresalen de los pilares, con el objeto de evitar que los ratones puedan entrar en el Hórreo.
La base de la plataforma es el cuadro, formado por cuatro vigas gruesas de roble, llamadas traves, cuadrales o pontones, que se ensamblan en las esquinas y sobre las que se coloca el piso.
Sobre el cuadro se colocan las paredes del hórreo que en el Alto Esla y Porma, a diferencia de casi todos los otros lugares, están formadas casi siempre por tablas dispuestas horizontalmente. El ensamblaje de todas estas piezas se realizaba antigüamente mediante espigos y escopladuras; sólo modernamente se ha recurrido a remaches, puntas, clavos o tornillos.
Las paredes del hórreo se coronan con otro cuadro de vigas menos gruesas que el inferior. Sobre ellas se colocará el armazón que soportará la techumbre. La cubierta del hórreo fue tradicionalmente de paja de centeno y así se ven aún los que se conservan en Ancares, Bierzo Occidental y Laciana; posteriormente las cubiertas evolucionaron hacia la pizarra, en los bercianos y lacianegos, o la teja, en la montaña de Riaño.
El techo es a cuatro aguas con pequeños aleros. Son frecuentes, especialmente en el Alto Esla, los construidos a dos aguas. Hay casos excepcionales a tres aguas en el pueblo de Felechas del ayuntamiento de Boñar.
Una pequeña escalera de piedra proporciona el acceso al hórreo que no llega al vano de la entrada para evitar el paso de roedores. En Prioro algunos hórreos tienen la escalera tallada sobre un tronco.


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Hórreos en el Euskalerría

Si el país vasco conoció hórreos, sólo un pequeño número (22) subsiste hoy, la mayoría concentrados en algunos pueblos de la montaña de Navarra, no lejos del puerto de Roncesvalles.
El Hórreo de Navarra es una pequeña construcción de masonería con un tejado a 2 pendientes pronunciadas, hoy cubierto de tejas planas, de pizarra o de chapas.
A veces excepto un pequeño tragaluz en aguilón, no tiene ventilación.
Reposa sobre pequeños pilares de piedra. Una escalera lleva a la puerta sobre un aguilón. Rehechos en las décadas pasadas, a veces con la bajura amurallada, hórreos parecen hoy insólitos en el centro de los pueblos, poco utilizados y de poca importancia en la cultura vasca.

 

 

 

Uno de los hórreos de Acevedo

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Artículo del Diario de León. Los últimos hórreos

El Instituto Leonés de Cultura pretende recuperar algunas de estas singulares construcciones, de las que perviven 392 según el único censo de la provincia. Por Verónica Viñas LEÓN.

El único censo, realizado por el profesor José Luis González Arpide en 1982, da un total de 392 hórreos distribuidos en 81 localidades leonesas. Sin embargo, se ignora cuántos han podido sobrevivir y en qué estado.

Ahora, el Instituto Leonés de Cultura (ILC) abrirá una convocatoria de ayudas para sufragar la restauración de algunas de estas singulares construcciones, la mayoría fechadas entre los siglos XVIII y XX. Esta institución dependiente de la Diputación valorará que la rehabilitación se lleve a cabo mediante técnicas tradicionales y materiales autóctonos, así como la continuidad de los usos y funciones para los que fueron construidos. En los últimos años, el ILC ha rescatado del abandono definitivo a un total de quince, algunos de ellos con cubierta de paja. Aunque ya el Marqués de la Ensenada en su célebre catastro da cuenta de un buen número de hórreos en esta provincia -Burón llegó a contabilizar hasta 30-, los supervivientes se concentran en el Bierzo, Laciana y la comarca de Riaño. Pese a que las crónicas también refieren la existencia de hórreos en la montaña central, Arpide no logró inventariar ninguno en su censo.

En cuanto a la tipología, la mayor parte de las construcciones siguen los modelos asturiano y gallego. El llamado hórreo leonés, cuyas características principales son la cubierta a dos aguas y teja curva, con cuatro pegollas o pilares y forma cuadrangular, es en realidad una «adaptación» del vasco. Los hórreos con cubiertas de teito se localizan en Ancares y Laciana, adaptándose a la tipología local y con materiales autóctonos. Posiblemente, el hórreo más antiguo de los que se conservan sea uno situado en el municipio de Sabero, del siglo XVIII. Entre los más peculiares, uno de Prioro, cuyas escaleras de acceso están talladas sobre un gran roble.

GALICIA, muestrario de hórreos

Se encuentran repartidos en toda la región, raros in ciertas zonas y abundantes en otras. El hórreo de Galicia adopta diferentes formas. Su planta es rectangular, de 1,5 m à 2 m de hancho con varias longitudes.El techo tiene dos vertientes. Sube sobre pilares pedregosos superados por una piedra plana para la protección de los roedores, cualquier sobre las paredes de un pequeño cuarto.El cuerpo del granero puede ser todo de madera, todo de piedra (excepto la puerta), o constituído por una estructura de piedra y una terminación de madera (hórreo mixto). Hoy día, el ladrillo hueco a menudo substituía la madera en estos graneros. Materiales diferentes cubren la azotea generalmente decorada con un finial en cada extremidad.Otra particularidad: hórreo de Galicia favorece la ventilación de su contenido. él parece de hecho específico para conservar el maíz, el cereal cosechado tarde y que necessita una sequedad suplementaria para su conservación. Sobre todo en estas regiones bastante mojadas. Estos son los diferentes materiales de construcción de hórreos:
Hórreos de madera
son los mas quebradizos y se pueden ver a veces sostenidos por un palo
Hórreos mixtos
piedra y madera, abundantes: la madera sera cambiada si se pudre
Hórreos mixtos
piedra y ladrillo. El ladrillo se ha substituido a la madera en las renovaciónes
Hórreos de piedra
imponentes y duraderos

Hórreos de Asturias

Hórreo asturiano es puede ser la forma más acabada de los graneros de España, una obra de carpintero de armar muy de madera reunido sin ningún clavo, solamente lengüetas y ranuras más tobillos.
Se encuentra en esta provincia dónde abunda, y en algunas zonas fronterizas.
Tres carácteres lo distinguen de todos los demás: un plano cuadrado, un cuerpo de granero con tablas verticales, un tejado piramidal a 4 pendientes. La posición o los materiales de los pilares, los del tejado y otros detalles pueden variar según las zonas; el añadido de un corredor, evolución engendrada por la cultura intensiva del maíz, le da una belleza suplementaria.

 

Paneras
La diferencia fundamental entre hórreo y panera estriba en que el primero es de planta cuadrada y apoyos en sus cuatro esquinas, mientras la panera es de planta rectangular y además de estos cuatro apoyos lleva otros en sus lados más largos, en algunos casos supera en total la docena de pegollos. El tejado en el caso del hórreo se realiza con la unión en su punto central de los cuatro aguilones, en el caso de la panera se unen los aguilones dos a dos, llevando unas tijeras de estos a las paredes de la panera, la unión de los cuatro aguilones se realiza mediante una pequeña viga llamada cumbre o viga cumbrera.
La aparición de la panera es posterior a la del hórreo, siendo una evolución de este al aumentar la producción agrícola en el siglo dieciocho debido a la generalización del cultivo de plantas traídas de América como el maíz y la patata. Al adaptarse estas planta tan bien al clima atlántico aumentó la producción y con ello la necesidad de espacio para almacenarla bien dentro o colgando riestras en sus paredes o corredores, nacidos estos de la necesidad de caminar alrededor de sus paredes.

Están a menudo colocadas sobre muretes.

A la izquierda el Leonés pueblo de Balouta en una antigüa foto. Son construcciones de techo de paja. La mayoría Pallozas.

Las cubiertas de paja en casas, cuadras, hórreos y otros edificios, fueron muy abundantes en todas las montañas del sur de Asturias y norte de León hasta el siglo veinte, a partir de mediados de siglo fueron cambiándose a otro tipo de materiales, sobre todo pizarra en la zona occidental y mezcla de pizarra y teja árabe en la parte oriental. El teito (techo de paja) fué muy usado hasta hace unas décadas, hoy solo quedan restos de todo aquello y casi se puede dar por extinguido; el concejo asturiano que más teitos conserva es el de Ibias y en León Baoluta y Suarbol en los Ancares son las zonas con este tipo de construcciones.

Las Pallozas

Las pallozas son el elemento arquitectónico más característico de los Ancares. Estas primitivas construcciones, cuyo origen se asienta en las poblaciones castreñas, se pueden ver en toda la sierra. En nuestras visitas a O Cebreiro y O Piornedo nos adentraremos en ellas para descubrir como vivían las gentes de estas tierras hasta no hace mucho tiempo.

En el mismo recinto se situaba la vivienda, el establo y el pajar. Gracias a esta estructura y a la convivencia con los animales, los habitantes de estas pallozas lograban sobrevivir en los duros inviernos . De planta elíptica o rectángular de considerables dimensiones, con gruesos muros de piedra y pizarra, apenas disponían de ventanas, las suficientes para conseguir la ventilación necesaria sin perder el calor interno. No dispone de chimenea, ya que el humo se filtraba entre la paja del tejado. Los elementos utilizados son madera, piedra y paja. El típico techo está formado por una estructura de madera cubierta por paja de centeno apelmazada, llamada Colmo. En el centro de la palloza, un tronco grueso sujetaba toda esa estructura. Su forma es cónica con un gran desnivel para no acumular el agua y la nieve. El interior se distribuía por zonas, destinadas unas al ganado y otras para las personas, cada una con su entrada. En la cocina se situaba la lareira, bien cubierta para evitar incendios, donde se preparaba la comida en inmensos potes de hierro. Este fuego valía también para calentar la vivienda.

Bajo este inmenso tejado cubierto de paja de centeno se encontraban reunidos los animales pequeños y gruesos con la vivienda de los habitantes, al dividir en compartimentos las separaciones absolutas de tablas las diversas funciones o las actividades domésticas. Un único de estos espacios poseía un techo de tablas, la cámara de los padresz, un techo sirviente de mezzannine donde dormía el resto de la familia. Un lugar fue acondicionado para la cocción de los alimentos hacia el centro del palloza, y como no había chimenea, el humo se difundía en la altura de este gran volumen, y acababa por evacuarse a través de la paja. Protegiendo al paso cubierta y armazón de los insectos o roedores.
Y era allí el solo edificio de la familia con él hórreo guardián del alimento quien, él, fue separado de esta unidad.

Ningún palloza hoy está habitada verdaderamente. Con la desaparición de la cultura del centeno, la renovación de la cubierta es difícil. Muchos desaparecieron, sobre todo sobre la ladera este (el Leon), podemos verlos otras al armazón desnudo, o todavía recubiertas con chapa ondulada. Las todavía en función protegen sólo los animales, o todavía acogen las fiestas de familia.
Excepto Piornedo. Al haber sido conectado este pueblo por el camino sólo en 1970, casas diferentes (" normales) "" comenzaron a construirse a partir de esta fecha gracias a este nuevo medio de comunicación. Antes todo el mundo vivía en las pallozas que pues ha sido entretenidas aquí más tiempo que en otro lugar, ser todavía habitada la última hace apenas 5 años.
Realizar tejados de caña de las gramíneas de esta calidad pedía una gran habilidad, artesanos debían ser especialistas de este trabajo, ¿todavía existen?
El gobierno de Galicia se dio cuenta de la necesidad de proteger este tipo de hábitat original y espectacular, y consagra fondos para el mantenimiento y la restauración de las pallozas, especialmente en Piornedo.
Al que visité ha sido transformada en pequeño museo de la vida pasada, con todo lo que contenía como iutensilios domésticos o de trabajo. Su propietario habitó este palloza hasta sus 6 años y en sus memorias la vida no era desagradable en absoluto. Su amor para ella era sensible y velará por su salvaguardia.

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