Comentarios facilitados por Enrique Valdeón
Esta casa pertenece a Fany Valdeón,
hermana mia, en ella vivio nuestro padre Domingo Valdeón
Bulnes y durante casi toda la vida Maximino y Benigna,
siempre ha sido una casa acogedora con la gente de la montaña,
que se trasladaban luego a León donde vivía nuestro
Padre. Mi casa siempre fue residencia y lugar de paso de todos los
de la montaña que por León pasaban.
Recuerdo de pequeño el cuarto en donde estaban los petates
de los soldados que al Ferral acudían a cumplir el servicio.
De la casa de Retuerto tengo recuerdos muy entrañables, las
parte izquierda , hoy garaje, era la casa antigua que era de paja,
un día siendo yo pequeño y ya convertida hacia muchos
años en gallinero y almacén, se vino a bajo por una
nevada, fue grande el susto, recuerdo que lloré. Allí
cayeron muchos recuerdos y trastadas que de pequeño hacíamos.
Recuerdo, un día, no tendría más de 10 años
, cuando la tía Reimunda, para la fiesta, el día de
la Virgen del Pontón, buscaba una gallina para guisarla, mi
madre, se ofrece voluntaria como buena vecina y se buscan por todos
los rincones,....no aparece,....mi madre siempre con chispa le dice
“seguro que está en algún puchero,,,,,”
y en un puchero estaba, en el nuestro, yo era el causante de dicha
hazaña, al ir a coger nuestra gallina, se me escapó,
estaba debajo de un cesto, y raudo fui tras ella, para un niño
de la capital, como yo era, todas las gallinas eran iguales, o casi
iguales, y me llevé la de la tia Reimunda, Don Amancio, el
Señor Cura, perdonó mi pecado, por mi dolor de contrición
convertido en llanto y maldades intestinales,..........pero así
entre nosotros: que rica preparaba mi madre la gallina.., por cierto,
la gallina apareció a la hora de comer, y la buena vecina,
no la quiso..., lo que no recuerdo fue lo que comieron ese día
de la Virgen......
Otro recuerdo que tengo aun presente de esa casa vieja, era mi tío
Maximino haciendo cambas, que maña tenía, eran palomeras,
manjeras,....me acuerdo de pequeño ir con el y mi padre al
monte y cortarlas y traerlas al pueblo, allí en la oscuridad
de la casa, mi tío las preparaba con un arte y una maestría
más propia de un escultor que de un ganadero. Y como olvidarme
del día de San Froilan, en la Virgen del Camino, en donde mi
padre nos compraba avellanas y comíamos la morcilla y el chorizo
entrecallado, sobre todo cuando había buena venta de cambas,
eran de haya, que se las rifaban sobre todo los de Tierra de Campos.
Recuerdos................, como me gusta volver a ella y compartir
con mi hermana los recuerdos de la infancia, ....es mi terapia.
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