Comentarios facilitados por Enrique Valdeón
El edificio más antiguo y emblemático,
a la vez que desconocido, corresponde a la casa ropería, esta
casa propiedad de los Descendientes de D. Máximo
Andres, es el edificio más antiguo del pueblo y probablemente
la mejor, sino la única, con la de Truebano de Babia
mejor conservada de toda la montaña, y me atrevo a
decir de Castilla y León.
¿Que
era un Ropería?
La Ropería de
Retuerto.
Las Roperías eran una parte
muy importante en la intendencia de los rebaños. En ellas,
además de fabricar el pan para los pastores y sus perros, se
almacenaban los hatos o enseres de los pastores, la sal para las ovejas
e incluso servían de enfermería. Pocas de estas construcciones
han llegado hasta nuestros días. En nuestro recorrido, a través
de los pueblos montañeses, hemos tenido la fortuna de encontrarnos
con dos en muy buen estado: la de Truébano de Babia
y la de Retuerto.
En cuanto a la de Truébano sabemos que perteneció
hasta finales del siglo pasado a los frailes de San Lorenzo, Orden
de S. Agustín. Es de suponer, que con la desamortización
se devolvieron puertos y edificios a la propiedad vecinal. Probablemente,
este convento hacia el pan para los pastores, que además disponía
de un molino y granero.
La Ropería de Retuerto, que hemos visitado
más detenidamente, está situada en el centro del pueblo,
su construcción es de piedra y teja, con esquinas y ventanas
de granito, posiblemente sea de las primeras construcciones, lo que
nos hace suponer que el pueblo se desarrolló debido a la pujanza
pastoril. Consta de dos edificios unidos, una parte es un almacén
con dos habitaciones y una tenada, y otra parte contiene dos departamentos
destinados a despensa y hornera. Tiene un amplio antojano (corral
situado delante de la fachada principal que sirve para depósito
de carros, aperos...)rodeado de piedra y una pequeña cuadra
de 22 metros cuadrados con tenada. Las troneras que dan al lado este,
así como las ventanas que miran al sur son prueba de su antigua
construcción.
En esta Ropería se hacia el pan para los pastores de la Cabaña
de Rojas, denominada también de la condesa de Bornos. Dicha
cabaña tenía puertos en Valdeón y Maraña,y
,desde allí, los pastores venían una vez a la semana
para llevar el pan, harina y la sal. A los pastores de Maraña,
en los últimos años, se les llevaba el pan desde Retuerto,
con un burro tirando de un carrito, en un tiempo esta labor la desarrolló
el tío Pepe y después su hijo Anselmo.
El encargado de recoger y transportar el pan era el motril. Venía
en burro y sólo estaba el tiempo necesario para visitar a sus
familiares, si los tenía en el pueblo. Preparaba el costal,
un saco de lino, en donde se introducían veinte molletes, diez
kilos de harina y sal. Lo cargaba en el burro y se dirigía
de nuevo al puerto.
El edificio de la hornera tenía dos habitaciones, en la del
fondo dormía el ropero y allí tenía sus enseres,
en la otra se amasaba el pan, se guardaban los cencerros y algún
apero que se transportaba hasta Extremadura. La estancia ,donde se
encontraba el horno, era una habitación grande, con la lumbre
en el suelo.( Ver Fotos a continuación números 10 y
11). Aquí tenía lugar la hila y se celebraban las reuniones
festivas con los pastores.
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Foto de casas de Retuerto
(número 10)
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Foto de casas de Retuerto
(número 11)
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Acceso al Pueblo de Retuerto
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En otro edificio se guardaba la harina, la cual se transportaba desde
Tierra de Campos con bueyes para toda la temporada, y la sal. La forma
de amasar el pan, según nuestros informantes, comenzaba trayendo
agua en una caldera de cobre, desde el río la Canal, poniéndola
a calentar. Después se cernía la harina y se la ponía
en la mesera, para cada hornada se destinaba un saco de 100 kilos.
Con dos molletes que se dejaban del día anterior para ulmiento
(propiamente levadura, que era extraído del recentadero),se
deshacía y, cuando estaba bien suelto, se preparaban obladinas
que se metían en el horno y, una vez cocidas, se sacaban y
se colocaban en una mesa todos los panes para que los recogiera el
pastor.
Los roperos se turnaban cada semana, pues no se amasaba todos los
días, siendo los rabadanes los que establecían los diversos
turnos. En esta tarea, el ropero solía ser ayudado por alguna
persona del pueblo. Así, se nos informó, que esta labor
fue desempeñada por Baltasar Valdeón que, a cambio,
recibía un mollete de pan.
Estos datos han sido sacados del trabajo
realizado para la JCYL con el título constumbres pastoriles
en las montañas palentino leonesas
Autores: J.Enrique Valdeón y José Carlos Martinez Mancebo
NOTA:
En Noviembre del 2003 me acompañó a visitar la Roperia
D. José Manuel Regalado, catedrático
de lengua y literatura del IES Lucia de Medrano, de Salamanca y premio
Iberoamérica de poesía, escribió este bello peoma
que me regaló y es inédito: