Era un pueblo pequeño, recogido en un pequeño
valle ligeramente retirado del valle principal por el que corría
el Río Grande (con mayúscula) y pasaba el Camino Real.
A medio camino entre Riaño y Burón, está documentada
su existencia desde el año 970, año en que se le llama
“Iskaro”. En 1091 se menciona a la “Villa Iskaro,
in territorio Buradone”, y las iglesias de San Martín
y San Pelayo, así como el monasterio de Santa María.
Los terrenos por los que extendían su actividad
sus habitantes estaban en los valles del Esla (Socuevas, Campriondo,
El Cuarno y San Cipriano) y del Orza (Las Llamas y Vallivente).
Otros valles más estrechos y las laderas de los montes contribuían
a la satisfacción de las necesidades de la población.
Durante varios siglos Escaro perteneció
al Tercio de Abajo del concejo de Burón, junto con Cuénabres,
Casasuertes y Vegacerneja. Este concejo también lo formaban
el Tercio de Arriba (Lario y Polvoredo) y el Tercio del Medio (Retuerto
y Burón), y en unión con los concejos de Maraña,
Aleón, Sajambre y Valdeón completaban la Merindad
de Valdeburón, de dependencia real (realenga)
En 1836 deja de pertenecer al concejo de Burón
y pasa al Ayuntamiento de Riaño.
En el Camino Real, desde antiguo, había
una posada, y a mediados del siglo XIX levantó un mesón
D. Antonio de Valbuena. El Camino Real y el pueblo, distantes medio
kilómetro, estaban comunicados por el camino de “La
Ropería”, que seguía la margen izquierda del
arroyo de San Pelayo.
Cuando alrededor de 1880 se construyó la
carretera, otros vecinos se fueron animando a levantar en sus proximidades
sus viviendas: D. Juan Francisco Pérez de Valbuena, que fue
abogado de la Audiencia de León, D. Benito Pedrosa y D. Venancio
Domínguez, ambos emigrantes a Argentina, también levantaron
sus viviendas y sendos negocios de ultramarinos y tejidos. Posteriormente,
más casas se añadieron y tomó forma definitiva
el que se llamó barrio de El Mesón. El originario,
valle adentro, era el barrio de El Pueblo.
Esta relativa lejanía entre barrios dejaba
a los del nuevo bastante a desmano de la iglesia, que además
estaba sobre un altozano, lo que dificultaba el acceso. Como además
estaba bastante deteriorada, salió adelante el proyecto de
levantar un nuevo templo en una zona más céntrica.
Todos los vecinos colaboraron en el traslado de la piedra de la
vieja iglesia, así como de piedra labrada de Las Salas, cantos
rodados del río, en la tala y transporte de madera…
Los gastos se cubrieron con la subasta de robles y hayas de los
montes del pueblo. Todo quedó concluido antes de 1920, siendo
párroco D. Isaac Díez, salvo la torre, que fue rematada
en 1944, año en que el párroco era D. Amancio Tejerina.
Después, en los años 50, se arregló el cementerio,
que había quedado bastante descuidado.
Las
gentes
En los tres últimos siglos Escaro ha tenido
una población de unos 200 habitantes, repartidos en 45-50
casas. La aportación de personas foráneas, procedentes
de los pueblos del entorno, ha hecho que un 60 % de los matrimonios
celebrados en este tiempo hayan tenido a uno de los contrayentes
de fuera.
Por orden de importancia de mayor a menor, La Puerta, Vegacerneja,
Burón, Retuerto y Lario han sido los que más han colaborado
en la aportación de “sangre nueva”, sin que faltasen
los emparejamientos con personas de Tierra de Campos, de Palencia,
incluso de Burgos. La razón hay que buscarla en los viajes
para comprar trigo y vino y en la transhumancia.
Las cinco familias, apellidos paternos, presentes siempre en Escaro
desde que hay recuerdo escrito, 1643, hasta la desaparición
del pueblo, son:
* Canal
* Carande, emparentaron con mozas de Las Salas y de Llánaves
* Fernández, con Vegacerneja
* Pedrosa, también con Vegacerneja
* Pérez, , con mozas de Burón y de Lores
de las que las cuatro últimas fueron muy prolíficas.
Otras familias desaparecen con el tiempo, o bien se incorporan a
la comunidad en fechas posteriores , y son:
* Blanco
* Aldean
* Riaño
* Miguel
* Vega
* Sierra
* Rojo
* Noriega
* Cabo
* Martínez, oriundo de Acevedo
* Vallejo
* Calveto
* Rodríguez
* Prieto, traído por un mozo de Riaño
* Alvarez
* Andrés
* Calle
* Cotillo
* González de la Lastra, éste varón procedía
de Cuénabres
* Suero, que viene de Soto de Sajambre y emparentó con chicas
de Salio y La Puerta
* Valbuena, desde Liegos, muy ramificado y emparentado con La Puerta
y Cofiñal
* Allende, originario de Burón
* Alonso
* Cuevas
* Díez, de La Puerta
* López, también procedente de Liegos
* Moreno, viene de La Puerta
* Domínguez, procede de Riaño y se mezcla con aportaciones
de Valverde de la Sierra
* Carrera, procede de La Puerta
* Fernández, también procede de La Puerta
* Gutiérrez, asimismo de La Puerta
* Llana, llegado de Cantoral (Palencia)
* Reyero, que vino de Casasuertes
* Paniagua
* De Mental
* Valdeón
* Caso
* Del Valle, era de Villacreces (Palencia)
* Coya
Alguno de estos apellidos tiene una presencia fugaz, otros no.
En 1643 había 47 familias, que son 50 en 1826 (máximo
del que tenemos constancia) y 35 ya en 1970. Después…
Empezamos diciendo: “Era un pueblo pequeño…”,
porque entre muchos consiguieron borrarlo del mapa. Personas con
responsabilidades importantes, que se creyeron con el derecho divino
para interpretar el interés general del país y se
atrevieron a arrasar una comarca entera, muchos pueblos y muchísimas
personas que no solo emigraron, también se quedaron sin raíces
y perdieron lo que les unía a su historia, a su tierra, a
sus antepasados, a sus casas.
Fue la historia de una mentira que veinte años después
ya ha quedado al descubierto, pero que hoy se quiere repetir con
fórmulas nuevas en esta misma tierra.
No perdamos la memoria. Mientras la tengamos, Escaro vivirá
en los corazones de sus hijos y de los que fuimos sus vecinos y
amigos. Que así sea.
Fuente:
“Escaro, sociedad y creencias” del que son autores Mª
Pilar González y Gerardo Fernández. Publicado en 2006